Me encanta viajar, es una de mis grandes pasiones, aprendí a hacerlo como turista y luego recorrí mi país Colombia, acompañando procesos individuales y colectivos de construcción de paz. Después las situaciones de la vida me trajeron a Argentina, un país maravilloso que me adoptó como hija en la búsqueda de mi propósito vital.

 

Expatriarse es una experiencia intensa y compleja. Implica pasar de un entorno conocido, a un espacio totalmente incierto y sin puntos de referencia. Pero salir del piloto automático nos exige tener la atención plena en el momento presente para conocer nuevas rutas y formas de recorrerlas. Del mismo modo, ocurre en nuestro cerebro, cada nueva experiencia genera nuevos circuitos neurales que se afirman y consolidan con la repetición… por eso hablamos de un viaje al Autoconocimiento, para hacer uso de esta metáfora tan esclarecedora. Cuando dejamos de vivir en el automático, empezamos a probar formas distintas a las conocidas que aunque queremos cambiar, siguen produciendo los mismos resultados una y otra vez. Los nuevos recorridos traen nuevas experiencias, nuevos aprendizajes y ¡nuevas formas de relacionarnos también! 

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Por eso al principio es tan común la sensación de desorientación, porque transitar nuevas calles con nuevos códigos, nos saca de la comodidad, al igual que aprender nuevas costumbres y hábitos, nuevas formas de comunicarnos y a veces nuevos idiomas. Pero al poco tiempo empezamos a habituarnos y disfrutar de los beneficios.

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No sé si has notado al viajar a un territorio desconocido como ayuda tener un MaPa. 
Cuando te pierdes en medio de una ciudad que no conoces y consigues un MaPa (o activas un GPS que no es más que archivo de MAPAS), este te permite visualizar claramente donde te encuentras y te plantea posibles rutas para llegar a tu destino. Sin ello resulta muy complicado salir del embrollo. Así que para empezar a ganar en claridad resulta fundamental saber dónde estamos ubicadas, cuál es nuestra situación actual, el punto de partida y luego como por arte de magia, se revela el camino a seguir. 

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Este es el mismo esquema que seguimos en el Viaje al Autoconocimiento. porque Recuerdo fielmente la falta de claridad que viví durante mi migración, cada vez que las personas llegan a mi consulta movidas por sensaciones similares: desorientación, confusión, desborde, miedo, estrés etc. y con la necesidad imperante de encontrar respuestas y soluciones, rutas, caminos…

Es por ello que, aprovechando el bagaje adquirido durante estos años de acompañamiento cercano a procesos personales y grupales, decidí poner a tu disposición la propuesta de MaPa, con un conjunto de programas probados, verificados y recomendados por nuestro equipo, para apoyarte e impulsarte a vivir la vida que deseas.

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De la misma manera que cuando recién llegada, me perdía en Buenos Aires, para tu viaje, también será importante identificar tanto el punto de partida, que tiene que ver con tu motivo de consulta (la causa de tu sufrimiento), como el lugar de destino que se refiere a tu propósito vital.